1.1.
Tipo de Flujos
de efectivo.
Él flujo de efectivo está integrado por el movimiento del dinero (lo que
ganamos y lo que pagamos) que obtienen los integrantes de la familia.
De acuerdo al uso que le daremos al dinero que ganamos podemos
clasificar estos flujos en tres grupos: Flujo de efectivo operativo, preventivo
y especulativo.
Flujo de efectivo operativo.
Es el dinero que destinamos para satisfacer nuestras necesidades
básicas, como son: comida, ropa, vivienda, transporte, educación, diversiones y
descanso.
Estos recursos nos permiten que la familia se mantenga viva, que no se
detenga, es decir que se mantenga en operando, cada familia da el orden de
atención a cada una de estas necesidades, dicho orden de atención está en
función de sus prioridades y cantidades de ingresos.
Flujo de
efectivo preventivo.
Ninguna familia sabe lo que le depara el futuro, ni está exenta de
sufrir algún evento inesperado como pueden ser: enfermedades, muerte de alguno
de sus integrantes, daño de algún mueble, accidentes e inclusive planear
actividades a futuro que puedan requerir el uso de dinero cono son:
remodelaciones de la casa, pagos de inscripciones, cambio de automóvil,
vacaciones.
El Flujo de efectivo preventivo, es la parte del dinero de la familia
que se separa de los gastos mensuales para poder contar con recursos al momento
que se presente alguna de estas situaciones en un futuro, ya sea una situación
inesperada o una ya planeada (una cuenta de ahorro, un seguro de gastos
médicos, un seguro de educación, un seguro de vida).
Estos recursos permiten disminuir la posibilidad de que la familia vea
afectado su patrimonio (vender el coche o casa para pagar la situación que se
presente) o tener que pedir dinero prestado para poder hacer frente a dicha
situación.
La posibilidad de contar con estos recursos depende del dinero que nos
“sobre” después de cubrir todos los gastos del flujo operativo.
Flujo de
efectivo especulativo.
Cuando después de calcular el dinero que usaremos en el flujo operativo
y preventivo, contamos con una cantidad disponible, podemos utilizar dicho
dinero en alguna destino que nos pudiera hacer ganar más dinero pero en la
misma magnitud nos podría hacer perder esa cantidad.
Ante esa posibilidad de ganar más o perder todo ese monto (sin arriesgar
las necesidades básicas y/o de prevención de la familia), se le conoce
especulación.
Un ejemplo muy sencillo de especulación es cuando papá, mamá o cualquier
integrante de la familia, compra un billete de lotería o un boleto de cualquier
sorteo de pronósticos deportivos con el dinero que le “quedo” de sus gastos de
la semana, con los cuales pueden suceder dos situaciones.
- Obtener algún premio, (inclusive el premio mayor o el primer lugar) e incrementar los recursos de la familia o,
- No obtener premio y perder el dinero invertido en la compra del billete o boleto del juego.
En este caso el monto máximo de la ganancia se limita al dinero del
premio mayor o primer lugar y el monto máximo de la perdida se limita al costo
del billete o boleto.
La importancia de conocer el tipo que flujo que aplicamos a cada uno de
nuestros gastos, nos permite asegurarnos de que minimicemos el riesgo de
afectar el patrimonio familiar y evitar situaciones en las que en el ejemplo
planteado, papá compre el entero de la lotería con el dinero para las compras
del supermercado, ya que en caso de no obtener el premio, se verá obligado a
pedir prestado para el supermercado, usar la tarjeta de crédito o en caso
extremo a no poder realizar las compras que requiere la familia.
Esta identificación de los flujos familiares nos permite no contraer
deudas excesivas que en un futuro pudieran poner en riesgo el patrimonio de la
familia.
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